jueves, 28 de abril de 2011

LEYENDAS II



17 de noviembre de 1999, mi madre no conocía a Enrique Urquijo, pero supo que aquello era importante. Me tocó llorar a mí.

LEYENDAS I

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16 de abril de 1973, mi madre lloró .
  Yo no entendía muy bien el significado de la muerte, pero supe que aquello era importante
 Ese día murió el hombre y nació la leyenda

jueves, 14 de abril de 2011

GALAXIOAVENTURA

Dentro de muchos, muchos años, en una lejana galaxia, el joven arqueólogo Han Jones parte hacia un planeta muy lejano llamado Tierra acompañado de su padre, el Doctor en Historia Antiquísima, señor Indiana Solo.
A bordo de su nave espacial, padre e hijo se aventuran en la búsqueda de la mítica ciudad de Petra, cuya leyenda sitúa en un país de los llamados árabes por los escritos antiguos. Y ayudados por su cámara de videofotosmusicales, consiguen captar las imágenes que probarán ante los universos venideros la existencia de una ciudad escondida y tallada dentro de la roca.

miércoles, 13 de abril de 2011

PETRA

Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. Su nombre proviene del griego πέτρα que significa piedra, y es perfectamente adecuado; no se trata de una ciudad construida con piedra, sino, literalmente, excavada y esculpida en la piedra.
El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle, en particular, los edificios conocidos como la Khazneh (la Tesorería) y el Deir (el Monasterio).
El monasterio presenta una fachada formada por tres calles principales y dos pisos que se rompen por las grandes columnas de orden corintio romano, sobre fustes lisos. De éste destaca la parte superior de la calle central que se remata con una construcción redondeada, rompiendo el frontón que resultaría de la unión de las partes, de sección rectangular, que la flanquean.
Fundada hacia el final de siglo VII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.
De época romana son los templos realizados en Petra, durante los siglos II y III d.C., y por los que ha sido conocida y utilizada como escenario natural en numerosas películas. Los grandes sepulcros rupestres, decorados con fachadas de hasta treinta metros de altura, son resaltados con elementos partidos barrocos que resaltan con violencia sus formas sobre la roca. Son fachadas esculpidas directamente en la piedra (arenisca roja), tal y como ya se hiciera en Abu Simbel (Egipto).
Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por un explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812.
El tesoro, descubierto por Johann, es el más conocido por los turistas. Queda oculto por las altas rocas que a manera de pasillo van a desembocar en una pequeña plaza. Dentro de ésta se aprecia su fachada de clara influencia romana, con sus columnas y frontones helenizantes que se complementan con una serie de relieves desgastados.
Aunque,  desde el día 7 de julio de 2007, el impresionante conjunto arquitectónico de Petra forma parte de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, actualmente corre peligro de deterioro, si no se toman las medidas pertinentes para mejorar su conservación.
Cuando mi hermano le pidió permiso a mi madre para llevarme al cine, no sabía, ni él ni nadie, la que se iba a liar. ¡Mi hermano me llevaba al cine! Bueno, qué acontecimiento, no me lo podía creer. “La guerra de las galaxias”. Sí, la primera, la auténtica “guerra de las galaxias”, nada del “episodio IV” que dicen ahora los caballeros Jedai. Entonces eran únicamente la princesa Leia, Luke Skywalker, Han Solo, el felpudo con patas, R2D2, y C3PO luchando contra Darth Vader. Mientras la mitad del colegio se hacía fan de Luke Skywalker, la otra mitad nos pasamos al bando de Han Solo; aunque no se llevara a la princesa, no nos importaba. Además, ya sabíamos que el actor era Harrison Ford, Sólo quedaba buscarlo en otras pelis y seguirle la pista… Y volvió a ser mi hermano el que lo encontró “En busca del Arca perdida”. Nos aficionamos a Indiana Jones nada más ver como sustituía un ídolo de oro por un saco de arena y salía de una cueva corriendo delante de una gran piedra. Luego volvimos a verlo comiendo sesos de mono en un “Templo Maldito”. Mi madre ya sospechaba, sólo nos juntábamos para las pelis de Indiana Jones, Y entonces apareció buscando el cáliz en “La última cruzada”… Vayaaaaaaaaa………….. ¡Ese desfiladero a caballo!, ¡ese templo grandioso! Y salió el listo: “mira, eso es Petra” ¡Jolín! ¿Pero eso existe de verdad? ¿No es un decorado? “No, creo que no, eso es de verdad, o lo han copiado de la realidad,…” Pues nada, ya tocaba empezar a buscar qué era aquello, dónde estaba, ¿qué había en Petra? Lo del desfiladero ¿era una invención o era una realidad?, Llegaron los documentales en televisión, las fotografías en los libros; y en el primer folleto de viajes que utilicé, había una “extensión a Petra” que salía carísima. Inalcanzable Petra… Hasta que llegó 2008, el 19 de junio, ¡qué noche de nervios! Me vestí con toda la ceremonia que requería la ocasión: a ver, lo llevo todo, la gorra, la cámara, la protección solar, baterías cargadas. Hacia las ocho de la mañana, iniciaba mi recorrido por el Siq. El guía delante, explicando todo: la altura, la anchura, la piedra, la conducción del agua, historia de los nabateos, forma de vida del beduino, higueras, higueras petrificadas. Acompañada de cientos de turistas y sola en aquel pasillo sinuoso que no me dejaba ver más allá de mis narices hacia delante y que no me enseñaba por dónde había venido, increíble. La luz del sol que luchaba por entrar, los colores que tomaba la piedra, y de repente, sin avisar, sin intuirlo siquiera, ¡el Tesoro! Imponente, misterioso, oculta su utilidad, templo, tumba,  ¿cómo saberlo?
Pero después de este monumento hay una ciudad entera de edificaciones excavadas en la piedra, hay un teatro romano, hay iglesias bizantinas con mosaicos prácticamente intactos, hay cuevas con paredes de colores conseguidos con la erosión de la roca, hay burro taxis y calesas, camellos de transporte, hay tiendas beduinas que te dan el té para que refresques tu garganta seca, Y hay mil escalones tallados y borrados en la montaña que te conducen al monumento mayor y mejor conservado de toda la ciudad, el Monasterio. Al Monasterio subí con el de Bilbao, sí, ese que una subida ligerita de mil escalones le supone 20 minutos. Y otra vez la sorpresa, llegas arriba, y el monumento está a tu espalda, callado, esperando que te des la vuelta y lo descubras, silencioso y majestuoso dispuesto y tranquilo, seguro de sí mismo, ocultando su pasado y mostrando su sencilla grandeza.