domingo, 15 de julio de 2012

RECUERDO DE "EXTRA"


“¿¿¿¿¿Piiiiii????? ¿¿¿¿¿Hemos cobrado yaaaaa?????”
“¡¡¡¡¡Que nooooooo, que hasta la Lotería nooooo, pesado!!!!!”
Era el pistoletazo de salida de mis primeras navidades como funcionaria.
La Navidad anterior la pasé literalmente flotando, ¡¡¡¡¡Había aprobado mis oposiciones!!!!!  Años estudiando, una vida estudiantil disciplinada y responsable, la asistencia diaria a una academia, test, desarrollo de temas, casos prácticos, madrugones y noches en vela estudiando. Chupar rueda de mis compañeros de oposición, pasar apuntes, comprar libros, viajes a Madrid, presentarme a exámenes…. Aquella Navidad, los libros y apuntes se quedaron abiertos por el tema que estudiaba cuando mi padre llegó a casa pidiendo champán,….
Justo un año después, a seiscientos kilómetros de mi casa, de mi familia, de  mis amigos, de mi tierra, (eres funcionaria, te aguantas), oía lo que era tradición y casi bromas entre compañeros. ¿Hemos cobrado ya? Que tengo que comprar el turrón. Que vienen los Reyes,….Una de mis nuevas compañeras, que terminó siendo una de mis mejores amigas, me explicó: es que en diciembre cobramos antes… y nos dan la extra….Jo, ¿y yo voy a tener de eso? ¡¡¡¡¡Claro!!!!!!  ¡¡¡¡¡Ya contaba con seis flamantes meses de servicio!!!!! ¡¡¡¡¡Me correspondía una mensualidad de sueldo!!!!!  Eh????? Claro, si  pequeño era el sueldo, pequeña era la extra. .Bueno, ¿qué más me daba? Tenía mi nomina, podía pagarme el alquiler, los gastos del piso, la comida, y podía ir al cine los sábados,… y con la extra podría comprar regalos para mi familia. Hasta empezaba a tener mis pequeños ahorros,…
Recuerdo a compañeros, padres de tres o cuatro hijos haciendo planes para comprar el corderito, otros, como “el de siempre” empeñado en los turrones. Pequeñas ilusiones y pequeños planes para pequeñas pagas. Era más la ilusión, que la cuantía de la paga. Pero te conformabas, eras funcionaria…
La extra llegaba con el sorteo de la Lotería, bueno, no nos ha tocado el Gordo: salud, y a ayudarnos un poquito con la extra.
Aquellas Navidades compré regalos de verdad para mi familia, me pagué el viaje de vuelta a casa por Navidad, como el turrón, me compré unos zapatos de puro capricho. (Confórmate, eres funcionaria, no da para más)
Pasaban los años y siempre se oía “¿¿¿¿¿piiiii????? ¿¿¿¿¿Hemos cobrado ya?????” “Qué pesado, que hasta la Lotería nooooo”.
Pí se jubiló, y los hijos del pesado de cada año se fueron marchando de casa, a lo mejor ya no necesitaba de la extra para ir a por el turrón, a lo mejor ya lo traían sus hijos…Aunque cada vez había menos turrón porque el sueldo no subía y los precios por supuesto no bajaban.
Y ahora, de un día para otro, nos quitan la extra, No era muy grande, pero dentro de sueldos pequeños,… ya se sabe, ¿no? ¿Y qué pasa ahora?, que todo aquello que dejábamos pendiente para afrontar con la extra, seguirá pendiente hasta que podamos ahorrar hasta completar la cuantía de la extra, pero, claro, como ya llevamos décadas de congelación, y un par de añitos de descuentos,….. Cada vez tenemos menos para ahorrar, y encima los precios siguen subiendo, y ya no tenemos más de donde echar mano,….
¡Ay, Extra!, ¡cómo te echo de menos ya en Julio!,….aunque no te preocupes, nos han prometido que nos veremos para la jubilación. De momento hasta los 67 no nos encontraremos, Pero no pierdas la perspectiva, a lo mejor es más tarde,…. Y fíjate, con suerte, ni me acordaré de que te perdí allá por el 12, cuando los hijos tenían que vivir con los padres y de los padres, hasta tener la suerte de poder independizarse pasados los 30, cuando había cinco millones de parados, cuando el destino de nuestro país se decidía fuera de nuestras fronteras, cuando empezábamos a aprender alemán,  cuando las barbas de los griegos estaban ya peladas, cuando se empezaba a llevar el negro para los viernes… cuando España era campeona del Mundo de fútbol, cuando a Nadal le daban la bandera para portarla en los Juegos Olímpicos, cuando el país se  desayunaba cada mañana con un nuevo escándalo de corrupción, cuando los funcionarios teníamos la culpa de todo…
¡Ay, Extra, cómo te echo de menos! 




“cosas veredes, amigo Sancho”