lunes, 28 de septiembre de 2015

ZAPATILLAS CRIMINALES



¿Qué se siente la segunda vez que te cierran el gimnasio?
Recuerdo la primera vez, un trauma, una desgracia, un cataclismo, un desamparo, depresión, lágrimas,.. Me duró apenas dos semanas, lo que tardé en encontrar otro lugar en el que sentirme aún mejor. Peeeeero, ¡me lo han cerrado! El cierre inicial es por dos meses, así que el sentimiento no puede ser el mismo que la primera vez, nada de traumas, ni desgracias,… simplemente ¿a qué me dedico estos dos meses? Tras dos minutos de profunda reflexión, he decidido salir a caminar, sí, lo más fácil y barato que he encontrado.
Hoy ha sido mi primer día, mi primera tarde de “andarina”. Repaso en la puerta: ¿equipo deportivo? Completo, lo tengo desde siempre, no necesito nada especial. ¿Gorra y gafas de sol? Lo tengo. ¿Radio para distraerme? La tengo. Llaves, móvil, y cinco euros de “por si acaso”. Bajo a la calle, un lado, otro, ¿por dónde voy? Por aquí...


A los diez minutos, uy, que parece que el calcetín,… no sé,… ¿Que me están rozando las zapatillas? Vale, tranquilidad, solución de emergencias,… un pañuelito de papel en cada pie,… vale, ya… Puf, menos mal que traigo pañuelos.
A los diez minutos,… que  no, que estas zapatillas siguen rozando,… ¡Mira, Mercadona! ¡Menos mal que traigo cinco euros para emergencias! Entro en Mercadona, busco,… ¿tiritas sport? Estas tienen que ser buenas. La cara del cajero, un poema. No, poema no, era prosa: “aquí la Mari, que no ha hecho deporte en su vida y se sale con las zapatillas nuevas a andar y está que no llega” Y yo con cara de “no te creas, que no son nuevas, que llevan muchos años conmigo, que es que ha sido una emergencia. Bueno, vale, que sí, que no salgo nunca a andar ¿qué pasa?”
Pues pasa que no tuve bastante con una, que me tuve que poner tres, que las tiritas sport son de mentirijillas, que no las compréis. Conseguí andar casi una hora más, y decidí ya volverme para casa. Feliz porque mis zapatillas no habían podido conmigo, satisfecha de mi ritmo andarín, ¡objetivo conseguido!


Pues, no, mis zapatillas empezaron a romper las maravillosas tiritas sport, las rozaduras pasaron a ser heridas, me quedaban diez minutos para llegar a casa, lo voy a conseguir, estoy a punto,… ¿Qué pasa en mis pies ahora? ¿Qué me está quemando? ¡Ampollas! Cinco minutos más y llego, ya casi, ya veo el portal, ¿por qué he decidido salir hoy, si yo estaba viendo la tele? Ya llego, ya casi estoy,.. ¿Y esa luz? ¡Lo conseguí! He conseguido llegar a casa justo cuando estallaba la tormenta.
Resumen:
-        Equipo deportivo, 0€
-        Equipo protector solar, 0€
-        Caja de tiritas sport, 1,25€
-        Cara del cajero de Mercadona, para recordarla
-        Coste podológico, cuatro heridas y dos ampollas
-        Tiempo de curación estimado, 3 días
-        Estado de las zapatillas, como si esto no fuera con ellas (¡criminales asesinas encubiertas!)
Lección aprendida: ¿Para qué te metes a hacer cosas que tus pies no quieren y tus zapatillas no acostumbran? ¡O cambias de pies o tiras las zapatillas! Y a ver, ¿a quién se le ha ocurrido cerrar el gimnasio? Mañana me voy al Ayuntamiento a que me indemnicen por daños y heridas… porque aquí la Administración tenía que tener previstas las consecuencias de estos cierres catastróficos, ¿o no?