martes, 2 de agosto de 2011

LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y FRAY LUIS DE LEON

La Universidad de Salamanca es la universidad más antigua de España que existe en la actualidad y una de las cuatro más antiguas de Europa abiertas actualmente, junto con las de Bolonia, Oxford y La Sorbona.

Me encantaba ir a Salamanca, era una fiesta. Pasábamos el día con tío Pedro, tía Herminia y Herminita, íbamos de tiendas y siempre quedaba tiempo para visitar las catedrales, el puente romano, San Esteban, la Plaza Mayor o la Universidad, todo no, en un día era imposible. Mi primer recuerdo de la Universidad es estar buscando la rana. Tenía unos cinco o seis años y yo no entendía por qué había que buscar una rana, que luego resultaba ser muy pequeña, y tampoco entendía que nadie se fijaba en la estatua del fraile que estaba enfrente.
 - ¿y este quién es? No sé si fue mi padre, mi madre, mi hermano o alguna de mis tías quien me dijo que era Fray Luis de León.
- ¿y si es de León, qué hace en Salamanca?
- Pues que daba clases aquí, y estuvo preso, … y fue muy importante.
Cada vez entendía menos lo de buscar la dichosa rana…. ¿no será más importante este señor que una rana?
- “Hay que buscar la rana para aprobar el curso” - ésta sí que era una de mis tías, las maestras, ….
La verdad que con seis años no te importa mucho lo de buscar una rana para aprobar, pero luego cumples diez, trece, quince, te preparas para selectividad,… sigues yendo a Salamanca, y te aseguras de encontrar la rana, “por si acaso”… Pero a mí me interesaba Fray Luis de León y la Universidad,…. ”Universidad” sonaba a grande, a mucho, a lleno, …
Y apareció en mis libros, en mi libro de literatura estaba Fray Luis de León, fraile agustino del siglo XVI, primero estudiante y después profesor en la universidad de Salamanca, filósofo y teólogo, interesado por la cátedra de Sagrada Escritura, envuelto en envidias y rencillas teológicas con los dominicos y traductor a lengua vulgar del Cantar de los Cantares.  
 Sus temas preferidos y personales fueron el deseo de la soledad y del retiro en la naturaleza y la búsqueda de paz espiritual y de conocimiento (lo que él llamó la verdad pura sin velo), pues era hombre inquieto, apasionado y vehemente, aquejado por todo tipo de pasiones, y deseaba la soledad, la tranquilidad, la paz y el sosiego:

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

 
Y también aparecía el estilo Plateresco, tradicionalmente tenido por exclusivo de España , que apareció entre el último Gótico y el Renacimiento, a finales del siglo XV, extendiéndose durante los dos siglos siguientes. Resulta de una modificación del espacio gótico y de una fusión ecléctica de componentes decorativos mudéjares, del gótico flamígero y lombardos, así como primerizos elementos renacentistas de origen toscano. Ejemplos son la inclusión de escudos y pináculos, las fachadas divididas en tres cuerpos y las columnas de tradición renacentista. El estilo se caracteriza por una decoración prolífica que cubre las fachadas con elementos vegetales, candelabros, festones, criaturas fantásticas y todo tipo de figuraciones, ¿habéis visto las calaveras y la rana? Si al final lo  de la rana va a ser importante. La configuración espacial, sin embargo, seguía más claramente un referente gótico.
La fachada de la Universidad de Salamanca, es el ejemplo más claro de Plateresco: conocido como Escuelas Mayores, que se comenzó a construir en 1411. La fachada está dividida en tres cuerpos. El primero contiene el medallón de los Reyes Católicos que empuñan el mismo cetro, y sobre sus cabezas el yugo de Fernando y las flechas de Isabel. El segundo cuerpo contiene en el centro el escudo de Carlos V, rematado con un globo y una cruz sobre una espectacular corona; a la derecha el águila de San Juan y de los Reyes Católicos, a la izquierda el águila bicéfala del Imperio. En el tercer cuerpo hay una capillita donde se halla Papa Benedicto XIII que exhorta a los clérigos. La construcción fue dedicada a los Reyes Fernando e Isabel en 1534, muchos años después de su muerte.
Ya, sí, pero hay que ir a lo que se cuenta y toda Salamanca sabe,
La traducción a lengua vulgar del Cantar de los Cantares llevó a Fray Luis a la cárcel, la Inquisición no se andaba con tonterías. A la vuelta a su cátedra, supo resumir este episodio en “…decíamos ayer…” La historia me la contó mi tía , claro, una niña pregunta por qué dijo esto si había estado un tiempo en la cárcel, ¿cómo se iban a acordar los alumnos del día de ayer?, si no estaba… si seguramente estaba otro profesor,… pero no, es que me lo explicaron “es que lo dijo haciendo como que no pasaba nada”… Vaya, esto sí que es tener clase, ser elegante y demostrar qué es lo que importa, eso es lo que pensé o lo que intuí que me enseñaban en ese momento, hay que distinguir lo importante, hay que saber borrar lo que no afecta a nuestra personalidad, a nuestra misión,…  
 
Cuando empecé mi carrera, asistí a la solemne inauguración del curso (no era Salamanca), tenía que participar en el “Gaudeamus Igitur”, aunque fuera una sola vez, Era un paso importante en mi vida, no sabía hacia dónde en concreto, pero sí tenía claro que era hacia adelante.
Cuando terminé mi carrera, harta de estudiar, desilusionada de algunos profesores, dudando de mi futuro, asistí a mi última clase, la clase magistral del Decano, y sólo recuerdo y recordaré una única frase: “Sed universitarios, antes que facultativos”.
Por fin lo entendí, por fin supe lo que la Universidad significa, lo que Fray Luis y miles de profesores han intentado inculcar en sus alumnos, lo que miles de alumnos han practicado y gracias a ellos la Humanidad, ha progresado. Lo que significa formar parte de un todo en constante evolución, buscar, avanzar, abrir, otear, descubrir y mostrar, enseñar, ayudar y contribuir al movimiento, al avance y crecimiento de un Universo en el que todos somos piezas fundamentales, piezas clave, piezas ensambladas unas en otras que tienen el deber de crecer y ayudar a crecer a las demás.
Y también entendí que por desgracia, y aunque muchos se empeñen en comenzar sus discursos con el “decíamos ayer”, “Quod natura non dat, Salmantica non præstat”

3 comentarios:

  1. Excelente narración, pero me ha quedado una duda... ¿Al final viste la rana?

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, soy Juan...

    ResponderEliminar
  3. Menudo susto si no llegas a ser Juan.
    Claro que ví la rana, año tras año, por si acaso.... Y hasta un año que me convencieron de que la habían pintado de rojo para verla mejor.

    ResponderEliminar