martes, 8 de mayo de 2012

RECUERDO DE LOS SECRETOS










“Déjame, ya no tiene sentido es mejor que sigas tu camino….”
“Sobre un vidrio mojado escribí su nombre sin darme cuenta…”
“He muerto y he resucitado, con mis cenizas un árbol he plantado….”

Mi mundo cambiaba. Poco a poco iban pasando los cursos, aparecía el latín, griego, química. Tenía que leer libros por obligación, conocer el teatro clásico, formular ácidos y hacer derivadas, se acercaba algo llamado "selectividad",… y sonaban canciones: HOY NO ME PUEDO LEVANTAR, EN LA PLAYA ESTOY TUMBAO, A QUIEN LE IMPORTA, VOY A SER MAMÁ, DIME QUE ME QUIERES, ENAMORADO DE LA MODA JUVENIL, DEJAME, SIN DIRECCIÓN, RUFINO, PACTO ENTRE CABALLEROS, PONGAMOS QUE HABLO DE MADRID, PRINCESA,…Tenía un montón de “entradas” para procesar. Mis amigas se peleaban por un grupo o por otro, entre Miguel Bosé o Miguel Ríos,  Joaquín Sabina, o Antonio Flores…. “Pues a mí me gustan los Secretos”. Ya estaba la rarita, ¿Los Secretos? ¡Pero si ésos son muy tristes! ¡Ésos no van a llegar a ninguna parte! ¡Si no se les oye! “Bueno, vale, pero a mí me gustan”. Mi vida seguía adelante, con éxitos y fracasos, con alegrías y con penas, y los Secretos aparecían y desaparecían, Cuando aparecían, me enganchaba, cuando desaparecían, los buscaba, los añoraba, encontraba discos, descubría canciones y me las aprendía, No era un grupo “del candelero”, Intuí que en esto de lo que llamamos “artisteo” también hay monopolios, intereses,… y estilos de comportamiento. Lo aprendí escuchando una y otra vez los” OJOS DE GATA”, una historia mucho más triste y más real que la que vivía Sabina cuando le DIERON LAS DIEZ a todas horas y aún más cuando se juntó con Rocío Dúrcal.
¿Pero qué se oía?, ¿que se habían separado? Pues no, mentira, era “un aparte”, un investigar por separado. Vale, lo entendí, era cuestión de esperar. Como ya estaba acostumbrada, tampoco era un problema en mi vida diaria... En ese tiempo asistí a un concierto de Álvaro, me encantó. Pasé una tarde estupenda aunque quienes estaban a mí alrededor parecían esperar otra cosa. En una entrevista que le hicieron a altas horas de la madrugada y que también escuché por casualidad, descubrí que este grupo se componía de personas como yo o como mi vecino, sólo que en vez de ser médicos como mi vecino, componían música y cuando les gustaba la enseñaban a los demás, y si gustaba a los demás, la vendían. Y como en todos los trabajos, había épocas de más faena y otras de menos. Supe que Enrique se juntaba con “los problemas”, aunque a mis manos (entonces) no llegaron sus canciones. De repente, sin aviso, se escuchaba en todas las emisoras “AGARRATE FUERTE A MÍ, MARÍA”. ¿Cómo explicar aquello?, ¿Cómo explicar la explosión de sentimientos? ¿Cómo era posible que aquella canción me hiciera sentir que alguien sufría tanto?  Aquellas ganas de buscar a María y pedirle por favor, por favor, abrázalo, no le sueltes, no le dejes, por favor, por favor, ayúdele, quédate a su lado, protégelo, que duerma tranquilo, que se serene a tu lado, calienta su alma….
Cómo explicar que los genios son así, que gozan y sufren a tope cada momento, que la grandeza de su obra surge de la intensidad de su sentimiento. Lamentablemente, no sabíamos que aquello era el preludio de una tragedia,… o sí.
¡Los Secretos vuelven! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡El grupo ha decidido retomar su camino, bien!!!!!!!!!!!!!! Para anunciarlo, Enrique y Álvaro, aparecieron en los premios Amigo, Una aparición corta, entregando un premio, pero que recordaré siempre, allí había algo que no encajaba, Y desgraciadamente, a los pocos días, aquello se “desencajó” de la forma más traumática que podíamos imaginar.
Pero los Secretos siguieron su camino, firmes, paso a paso, día a día. y después de más de treinta años de oficio, ya nadie duda de que desempeñan su trabajo a la perfección, como mi vecino, como cualquiera de nosotros que trabaje en lo que le gusta, con experiencia, con responsabilidad, mejorando cada día, buscando calidad, …
Y eso lo vi hace poco. Asistí a otro concierto, pero esta vez Álvaro Urquijo era miembro de los Secretos, y lo dieron todo, todo lo que traían para compartir, volcaron en el escenario años de experiencia, años de trabajo, años de lucha y de buen hacer. Y salí del concierto con mi alma llena, llena de todo lo que habían vertido en ella durante esas dos horas y media. No se había desperdiciado ni una gota, desde la primera hasta la última, habían pasado directamente de sus guitarras y teclados a mi alma.
¿Y qué me importa si antes del concierto Álvaro Urquijo estuvo a mi lado y no le dije nada? ¿Perdí la oportunidad de hablarle? Pues no, al fin y al cabo, no nos conocemos de nada, nunca nos han presentado, Y creo que eso es bueno. Saber separar el trabajo público de la vida privada, es otra demostración de grandeza, personalidad y profesionalidad.
Aunque “aviso a navegantes”, si algún día por esas casualidades que se dan en la vida, me los presentan cara a cara, en primer lugar daré un grandísimo besazo a “los Secretos” y después estaré encantada de conocer a cada una de las personas que integran ese grupo.