Animada por algunos de mis amigos, me he decidido a plasmar aquí en el blog algunos de mis recuerdos, que guardo con mucho cariño y que quiero compartir con todos vosotros. Quiero agradecer a mi compañera-"profe", Rocío, que me ayudó a aprender y hacer todas estas cosas. Y a Juan, que no sé cómo hace para que todos estos recuerdos salgan a la luz.
martes, 23 de diciembre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
RECUERDOS DE UNA AMIGA
¡Cómo se tejen y destejen las relaciones! ¿Cómo se acaba una amistad? ¿Por qué olvidamos
a personas que formaron parte de nuestras vidas? ¿O es que en realidad queremos
protegernos de los recuerdos?
Hace unos días fui a la presentación de un libro con mi amiga
Carmen. Estaría el autor, sus amigos, su familia, hablaría de su libro, daría
las gracias, en fin,… lo normal en estos casos, una velada tranquila.
Llegamos pronto, nos pedimos un café. Mi amiga se quedó
mirando la mesa de la esquina: mira quién está allí, Babi. Estaba sorprendida y
a la vez emocionada, como si estuviera ante un imposible. Lo primero que pensé,
¿quién se puede llamar Babi? Y ni se me ocurrió darme la vuelta a mirar. Carmen
siguió, ¡pero mira!,…. ¡Babi…! ¡Tu amiga Babi!
¡¡¡¿¿¿Mi amiga Babi???!!! ¿Que yo tengo una amiga que se
llama Babi? No, no, a mí no me van las Babi,… Carmen no entendía nada, yo no me
volvía, ella estaba a punto de darme una
torta para que yo reaccionara,… y…
Desde la mesa de la esquina “ella” se levantó, no muy alta, regordeta, muy
morena, con coleta,… y se acercó.
-¡No me lo puedo creer!..¡eres tú!,… ¿cuántos
años hace? (Y me miraba con los coloretes subidos, rebosando felicidad,…)
-Perdona, no caigo… (¡qué vergüenza!)
-Soy yo, Babi, ¿no te acuerdas de mí?
-Pues el caso es que,… no sé,… parece
que me quiero acordar de que yo conocía…
-Claro, claro, lo entiendo, tantos
años,… y tal y como acabamos,… lo entiendo,… Es que me ha hecho mucha ilusión
encontrarte,.. pero lo entiendo.
Me sentí culpable, muy culpable, avergonzada,… empezaba a
querer recordar,… aquella cara, aquella sonrisa,… aquella mirada,… y el
sentimiento de culpa era cada vez más grande.
Empecé a pedir perdón
como si me fuera la vida en ello:
-Perdóname, creo que sí que te
conozco, no sabes cuánto lo siento,…sé que te conozco,…
-No te preocupes, si lo entiendo
perfectamente, si es que me fui de un día para otro,… claro,.. y tú te habías
comprado el piso,… y… fueron unos días muy atareados, y todo tan rápido…
En ese momento lo recordé todo. ¡Babi! ¿Pero cómo te he
podido olvidar? ¡Si éramos inseparables! Mi cabeza daba vueltas a mil por hora,
no podía ser,… me había olvidado de Babi, mi vecina Babi,…
-Perdóname, Babi, me siento fatal, te
había olvidado,…
-No, si lo entiendo
-¿Cómo lo vas a entender?,… que te
había borrado de mi vida. ¡Con los años tan bonitos que pasamos en aquella
casa! ¡Las vecinas del alma! Si yo entraba en tu casa y tú en la mía casi con
las mismas llaves,…
-Sí,… ¿Te acuerdas las cenas que nos
preparábamos? ¿Te acuerdas cuando me quedé en tu casa tres días sin poder
entrar en la mía por las goteras?
-Y te acuerdas cuando aquel novio que
tenías….
-Calla, calla,… mejor no acordarnos
de él.
-Babi, ¿qué pasó? ¿Por qué te he olvidado
y tú lo entiendes? Si soy una estúpida. Si me estoy muriendo de vergüenza
contigo…
-No, no,… si fueron las
circunstancias, si no me extraña que me borrases de tu memoria, si es que me
dieron el traslado en una semana, si tú estabas con lo del piso,… si es que fue
la fatalidad, que perdí la agenda con tu nueva dirección,… claro y no teníamos
móviles.
Cuanto más me disculpaba, más recuerdos venían a mi mente, y
más avergonzada me sentía. Pero curiosamente, más dulce y comprensiva se volvía
Babi.
Hablamos, hablamos, reímos, recordamos, lloramos, y nos
juramos no volver a separarnos, ya que Babi había vuelto hacía unos días con un
nuevo traslado. Por descontado que se vendría a mi casa hasta encontrar un
piso, y ya planeamos empezar a buscar por mi zona, venden uno en mi portal. Habíamos
perdido muchos años de amistad por esos caprichos que tiene la vida al margen
de nuestra voluntad. Y por esos mismos caprichos, nos había vuelto a juntar.
Era nuestra segunda oportunidad y no la íbamos a dejar pasar,
Me he dado cuenta de que la amistad es una joya. Una joya muy
valiosa, muy cara, muy frágil y muy delicada. Las mejores joyas, como las
mejores amistades, requieren un trabajo minucioso, de filigrana y engarces con
distintos materiales, con broches de seguridad. Por eso dicen que la amistad se
vende cara, porque es difícil construirla, porque cualquier movimiento brusco o
un simple “enganchón” pueden romperla, porque, como las joyas, tienes que
cuidarla, saber dónde la tienes, dónde la guardas, a dónde la llevas, porque es
fácil de perder si no la cuidas. Y como cuando crees perdido un anillo y al
cabo del tiempo lo encuentras y lo guardas en el mejor rincón del joyero, así
debes obrar cuando la vida te vuelve a traer una amistad desde la mesa del
fondo. Saber que ese capricho no volverá a repetirse y esta vez sí está en tu
mano.
Me gustaría contar cómo hemos retomado nuestra amistad, cómo
hacemos planes juntas, cómo hemos vuelto a ser inseparables, y cómo estamos
intentando ponernos al día de nuestras vidas. Podría seguir escribiendo sobre
nuestras aventuras y desventuras, sobre nuestro compartir,… Podría, sí,.. En cuanto sueñe la segunda parte, os la
cuento,… Pero necesito eso, volver a pasarme otra noche soñando con reencontrar
una amistad perdida y que sólo existió en la realidad del sueño de una noche.
¡
"Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
martes, 23 de septiembre de 2014
RECUERDO DE UNOS ZAPATOS
Quiero unos
zapatos granates, de este tacón y con un caballito de adorno.
Meli Escribano tenía una preciosa melena rubia y ondulada,
era alta, era guapísima, y sin saber por qué, apareció en mi clase, ¡Pero si
era de las mayoronas! No, ahora era de las repetidoras. Pero seguía siendo
rubia, alta y guapa,… yo creía que todas queríamos ser como ella.
Llegó la primavera y Meli Escribano estrenó zapatos.
Unos preciosos zapatos granates, de tacón
y con un caballito de adorno. Después de ella, al menos otras cuatro o cinco
niñas estrenaron los mismos zapatos.
Y así me presenté en casa un día. Quiero unos zapatos granates, de este tacón, y con un caballito de
adorno.
¿Por qué quería esos zapatos? Yo no pensaba, yo quería esos zapatos. Con trece años, yo era la Armada Invencible a
la conquista de los zapatos. Fuerte, poderosa, implacable, certera,
inquebrantable, imperturbable (y con la verdadera fe de mi lado), ¡la batalla
estaba ganada!
“Tú no eres Meli y no los necesitas”. “Los elementos”
acabaron con la Armada. Allí mismo, en ese momento, ¡zas, zas! Hundida,
arrasada, aniquilada,… la Armada Invencible desapareció en el mismo instante en
que pidió los zapatos.
La Armada
protestó, lloró, suplicó, prometió, pero la única arma con que contaba era
“porque Meli los tiene y se los van a comprar todas”. “Los elementos” dieron
por finalizada la batalla y la Armada tuvo que retirarse a su cuarto a hacer
los deberes.
Quisiera recordar que aquellas horas de reflexión
fueron fructíferas y que saqué conclusiones brillantes… Pero no, pasé meses
reconstruyendo mis naves, planificando estrategias, estudiando a “los
elementos”, y ¡Sí! ¡Los conseguí! ¡Unos horrorosos mocasines de invierno! Pero
eran granates.
Larga y dura fue la reflexión. Durante los largos
meses de ese invierno y los siguientes en que tuve que gastar aquellos zapatos
incombustibles, efectivamente, supe que
no lo conseguiría. Que para cuando quisiera juntar mi paga e ir a comprarlos,
ya los habrían vendido. Que el color granate pegaba fatal con toda mi ropa, y
que nunca sería como Meli.
Metida en aquellos zapatos horas y horas intentando
desgastarlos lo antes posible, tuve
tiempo, mucho tiempo para valorar si había merecido la pena aquella lucha. Lo
más evidente fue aprender que por vestir con la misma ropa, no llegarás nunca a
parecerte a nadie. Ni mucho menos a ser como nadie. Lo peor fue enmendar el
error cometido: meses de lucha, años de carga, todo por un capricho, por
tozudez, por querer conseguir lo mismo que tenía otro. Por no pensar y decidir
qué es lo que yo necesitaba o quería realmente.
¡Ay! Y es que los zapatos son como las decisiones en
la vida. Tienes que tomar tu decisión, la que necesitas en cada momento, la que
te conviene, la que se ajusta a ti, y la que mejor te sienta. Los zapatos de
Meli eran para ella, eran sus zapatos y su vida, no los míos.
Cuando veo el tiempo que tardé en deshacerme de
aquellos zapatos horribles que nunca habría elegido si no me hubiera encaprichado
de los que no debía, más me convenzo de que ya bastante me equivoco yo sola,
como para equivocarme por mirar a otro. Y es que a todos nos toca dar pasos
distintos aunque sean por los mismos caminos.
miércoles, 2 de julio de 2014
lunes, 16 de junio de 2014
sábado, 14 de junio de 2014
RECUERDO DE UN NIÑO RUBIO RUBÍSIMO
Yo le había visto en algunas revistas y periódicos con sus
hermanas y con sus papás. Era rubio
rubísimo, yo no conocía niños tan rubios, bueno, sí, tengo un primo que era tan
rubísimo, es verdad. Sus papás eran los Príncipes de España,… ¿Príncipes de
España? Empezando por que éramos muy
niños y terminando por que había cosas de las que hacía
décadas se había decidido no hablar…
aquello necesitaba seguir un hilo…
A ver, el príncipe y la princesa eran los hijos de los reyes,
eso era verdad porque en todos los cuentos era así. Entonces, ¿el Príncipe de
España era el hijo del Rey de España?…
pero en España no había rey, había un Caudillo. Mal, muy mal, En el cole:
madre, es que no nos enteramos porque si el hijo del Caudillo no es el príncipe
y el padre del príncipe no es el rey, entonces, ¿Como puede ser que el príncipe
sea el sucesor del Caudillo? ¿No tendría
que ser el hijo del Caudillo? Nooooooooooooo, la madre lo tenía clarísimo. No,
niñas, el sucesor será el Príncipe. ¿Pero por qué? Porque lo ha nombrado el
Caudillo Ahhhhhhhhh, claro. ¿Claro? ¿Entonces
cómo puede nombrar el Caudillo príncipe a alguien? Nooooooooo, es que el Príncipe,
es príncipe por nacimiento,… ¿Entonces el padre del príncipe es el rey, no?
Noooooooooo, ¡¡¡pero madre!!! Que no nos enteramos. A ver, niñas, en España
hubo un rey, pero se votó, y vino la República,… Pero entonces,… si el Caudillo
es el jefe de la República, ¿por qué nombra un príncipe?... Niñas, niñas,… es
que la Historia de España es un poco difícil de entender, pero cuando seáis
mayores lo entenderéis mejor.
Y es que ya nos habíamos metido en un berenjenal,…. Nos
habían explicado formas de gobierno: monarquía, república y dictadura,… En unas
hay un rey,… (Y nosotras,… manda el rey…), en la república gobierna el pueblo,…
y en la última manda una persona de forma autoritaria y con dudosa
legitimación,… Bueno, pues sacando cuentas,… ¡¡¡Madre, estamos en una
dictadura!!! Noooooooooooo,… que esto es más complicado, que es que luego vino
la guerra,… el Rey había muerto,…Franco se hizo cargo del gobierno,… y… pues,….
¡¡¡Ya lo sé!!! Begoña levantó la mano y sacó su conclusión: Franco está “de
mientras”.
¡Ya lo habíamos arreglado! Porque si sólo era “de mientras”,
no sería permanente,… Pero madre, ¿es mejor la República? Mandan todos y no
solo el rey. ¿En qué se diferencia un rey de un dictador? Nooooooooooo, no son
lo mismo, ahora existen las monarquías parlamentarias, en las que el rey reina
pero no gobierna, que seguro que será lo que pase con el nuestro… ¡Esa me la
sé! Es verdad, que a mi me ha dicho mi abuela que el rey de España no gobierna
porque no tiene corona, porque Don Rodrigo la tiró al mar cuando los moros le echaron de España en la batalla de
Guadalete. ¡Ahí queda!
Cuando vi por la tele al niño rubio rubísimo al lado de su
padre que juraba unas leyes y que era proclamado Rey, yo me preguntaba ¿a éste
se lo habrán explicado en su cole tan bien como a mí en el mío? Con lo difícil
que es de entender esto….
Como nos dijo la madre, crecimos y nos lo explicaron, y lo
entendimos, y cada una y cada uno de aquellos niños a los que nos lo explicaron
lo entendimos de distintas maneras. Y seguro que el niño rubio rubísimo ha
tenido que entenderlo mejor que todos nosotros juntos, porque en unos días será
él el que esté jurando nuestra Constitución y el que será proclamado Rey. Y
allí estará otra niña rubia rubísima mirando a su papá intentando entender…
Como ya todos hemos crecido, hemos tenido tiempo de
vivir otro trocito de la Historia de España, esa Historia que tenemos tan
complicada que a cada generación nos
toca ir escribiendo queramos o no. Por eso, en estos días, a mí se me vienen
unos versos muy conocidos y un poquito cambiados:
“españolito que llegas
al trono te guarde Dios
alguna de las Españas
quiere helarte el corazón".
El próximo jueves 19 de junio de 2014 muchos
gritaremos ¡Viva España! ¡Viva el Rey!
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