¡Cómo se tejen y destejen las relaciones! ¿Cómo se acaba una amistad? ¿Por qué olvidamos
a personas que formaron parte de nuestras vidas? ¿O es que en realidad queremos
protegernos de los recuerdos?
Hace unos días fui a la presentación de un libro con mi amiga
Carmen. Estaría el autor, sus amigos, su familia, hablaría de su libro, daría
las gracias, en fin,… lo normal en estos casos, una velada tranquila.
Llegamos pronto, nos pedimos un café. Mi amiga se quedó
mirando la mesa de la esquina: mira quién está allí, Babi. Estaba sorprendida y
a la vez emocionada, como si estuviera ante un imposible. Lo primero que pensé,
¿quién se puede llamar Babi? Y ni se me ocurrió darme la vuelta a mirar. Carmen
siguió, ¡pero mira!,…. ¡Babi…! ¡Tu amiga Babi!
¡¡¡¿¿¿Mi amiga Babi???!!! ¿Que yo tengo una amiga que se
llama Babi? No, no, a mí no me van las Babi,… Carmen no entendía nada, yo no me
volvía, ella estaba a punto de darme una
torta para que yo reaccionara,… y…
Desde la mesa de la esquina “ella” se levantó, no muy alta, regordeta, muy
morena, con coleta,… y se acercó.
-¡No me lo puedo creer!..¡eres tú!,… ¿cuántos
años hace? (Y me miraba con los coloretes subidos, rebosando felicidad,…)
-Perdona, no caigo… (¡qué vergüenza!)
-Soy yo, Babi, ¿no te acuerdas de mí?
-Pues el caso es que,… no sé,… parece
que me quiero acordar de que yo conocía…
-Claro, claro, lo entiendo, tantos
años,… y tal y como acabamos,… lo entiendo,… Es que me ha hecho mucha ilusión
encontrarte,.. pero lo entiendo.
Me sentí culpable, muy culpable, avergonzada,… empezaba a
querer recordar,… aquella cara, aquella sonrisa,… aquella mirada,… y el
sentimiento de culpa era cada vez más grande.
Empecé a pedir perdón
como si me fuera la vida en ello:
-Perdóname, creo que sí que te
conozco, no sabes cuánto lo siento,…sé que te conozco,…
-No te preocupes, si lo entiendo
perfectamente, si es que me fui de un día para otro,… claro,.. y tú te habías
comprado el piso,… y… fueron unos días muy atareados, y todo tan rápido…
En ese momento lo recordé todo. ¡Babi! ¿Pero cómo te he
podido olvidar? ¡Si éramos inseparables! Mi cabeza daba vueltas a mil por hora,
no podía ser,… me había olvidado de Babi, mi vecina Babi,…
-Perdóname, Babi, me siento fatal, te
había olvidado,…
-No, si lo entiendo
-¿Cómo lo vas a entender?,… que te
había borrado de mi vida. ¡Con los años tan bonitos que pasamos en aquella
casa! ¡Las vecinas del alma! Si yo entraba en tu casa y tú en la mía casi con
las mismas llaves,…
-Sí,… ¿Te acuerdas las cenas que nos
preparábamos? ¿Te acuerdas cuando me quedé en tu casa tres días sin poder
entrar en la mía por las goteras?
-Y te acuerdas cuando aquel novio que
tenías….
-Calla, calla,… mejor no acordarnos
de él.
-Babi, ¿qué pasó? ¿Por qué te he olvidado
y tú lo entiendes? Si soy una estúpida. Si me estoy muriendo de vergüenza
contigo…
-No, no,… si fueron las
circunstancias, si no me extraña que me borrases de tu memoria, si es que me
dieron el traslado en una semana, si tú estabas con lo del piso,… si es que fue
la fatalidad, que perdí la agenda con tu nueva dirección,… claro y no teníamos
móviles.
Cuanto más me disculpaba, más recuerdos venían a mi mente, y
más avergonzada me sentía. Pero curiosamente, más dulce y comprensiva se volvía
Babi.
Hablamos, hablamos, reímos, recordamos, lloramos, y nos
juramos no volver a separarnos, ya que Babi había vuelto hacía unos días con un
nuevo traslado. Por descontado que se vendría a mi casa hasta encontrar un
piso, y ya planeamos empezar a buscar por mi zona, venden uno en mi portal. Habíamos
perdido muchos años de amistad por esos caprichos que tiene la vida al margen
de nuestra voluntad. Y por esos mismos caprichos, nos había vuelto a juntar.
Era nuestra segunda oportunidad y no la íbamos a dejar pasar,
Me he dado cuenta de que la amistad es una joya. Una joya muy
valiosa, muy cara, muy frágil y muy delicada. Las mejores joyas, como las
mejores amistades, requieren un trabajo minucioso, de filigrana y engarces con
distintos materiales, con broches de seguridad. Por eso dicen que la amistad se
vende cara, porque es difícil construirla, porque cualquier movimiento brusco o
un simple “enganchón” pueden romperla, porque, como las joyas, tienes que
cuidarla, saber dónde la tienes, dónde la guardas, a dónde la llevas, porque es
fácil de perder si no la cuidas. Y como cuando crees perdido un anillo y al
cabo del tiempo lo encuentras y lo guardas en el mejor rincón del joyero, así
debes obrar cuando la vida te vuelve a traer una amistad desde la mesa del
fondo. Saber que ese capricho no volverá a repetirse y esta vez sí está en tu
mano.
Me gustaría contar cómo hemos retomado nuestra amistad, cómo
hacemos planes juntas, cómo hemos vuelto a ser inseparables, y cómo estamos
intentando ponernos al día de nuestras vidas. Podría seguir escribiendo sobre
nuestras aventuras y desventuras, sobre nuestro compartir,… Podría, sí,.. En cuanto sueñe la segunda parte, os la
cuento,… Pero necesito eso, volver a pasarme otra noche soñando con reencontrar
una amistad perdida y que sólo existió en la realidad del sueño de una noche.
¡
"Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."