Se acerca el día, ha tardado, pero en el fondo todos sabíamos
que llegaría (bueno, siempre hay gente que pasa de todas estas cosas…). Miro
hacia atrás y creo que llevo gran parte de mi vida preparándome para este día.
Todo cambiará, se cerrará una etapa y se abrirá otra, distinta, sí, pero creo
que mejor, mi creencia es que será mejor, ascenderé a un nivel superior.
Ese día seré la protagonista. Todos me mimarán, el día estará
dedicado a mí. Mal que les pese a los demás, yo seré la estrella y brillaré con
todo mi esplendor durante unas horas. Lástima que mi familia no pueda estar
presente, diversas obligaciones y la distancia lo harán imposible. Pero tengo
otra familia, la que me ha arropado hará los honores, la que se preocupa por
mí, por mi bienestar, la que estará presente en mi gran día. Todos nos
arreglaremos, como siempre unos más que otros, cada uno me hará su regalo
especial, aunque también habrá quien se escaquee y sólo nos honre con su
presencia. Yo vestiré mis mejores galas, no puedo defraudar, es mi despedida y
quiero presentar mi mejor imagen y que todos conozcan mi verdadero interior.
Quiero dejar un buen recuerdo, el mejor, que durante décadas
sólo se hable de mi día… Pero tengo que ser realista, la vida es efímera. El
recuerdo seguirá presente hasta la próxima celebración. Y todos sabemos que la
raza humana es muy dada a celebraciones. Sé que mi recuerdo se irá difuminando,
quedarán fotos, sí, pero esas fotos estarán almacenadas junto a otras muchas.
Aunque me conformo, nunca pretendí más. Mi vida aquí ha sido feliz y sé que he
cumplido mi misión.
Saludos a todos y feliz Navidad.
Fdo.
La pava de Navidad