Alguien tenía que hacer un trabajo sobre un cuento de Gloria
Fuertes, no pude ayudarle. Mis recuerdos de Gloria Fuertes no son tan
románticos como deberían. Aunque sí recordé inmediatamente mi programa infantil
(no el preferido, sino el único que había entonces): Un globo, dos globos, tres
globos. Sí, la letra era de Gloria Fuertes, sí, ella colaboraba en el programa,
contaba cuentos recitaba poesías,… Pero no era eso lo que llenó mi recuerdo.
No, ¡los globos! ”La luna es un globo
que se me escapó”, “la tierra es un globo donde vivo yo”,… ¿“Cinco semanas en globo”? o ¿“la vuelta al
mundo en 80 días”? Recuerdo cuando intenté leer “Cinco semanas en globo”,… sólo
tuve el libro en mis manos una hora, la madre no me dejó cogerlo a la semana
siguiente en la biblioteca: no tenéis que coger el mismo cuento siempre, tenéis
que variar. A ver, madre, no lo entiendo, ¿no puedo repetir libro aunque no lo
haya terminado? ¿Tengo que elegir leer cosas que pueda acabar en una hora? ¡Viva
el fomento de la lectura! (… de revistas y tebeos, claro)
Ya más mayor, un
ejercicio en Inglés. Tenemos en un globo a Ronald Reagan (entonces presidente
de los Estados Unidos, ya no era el sheriff de las pelis de los sábados), al
Papa Juan Pablo II y a Miguel Bosé,… el globo pierde altura, se va a estrellar,… hay que “soltar lastre”, ¿a
quién tiramos? Anda, seño, ¡pues a Reagan!... Pero seguimos bajando, ¿a quién
ahora? Puf, seño, ahora que somos “Totus Tuos”,… ¡no vale! ¡Porque Miguel Bosé
está buenísimo!
¡Y llegué a Capadocia! ¿Quién se apunta a la excursión en
globo? Yo, claro. Tuve que sospechar algo cuando a las tres de la mañana empezó
la aventura sin nuestro guía habitual,… ¿Bairán no viene? Ejem,…. Los globos
empezaron a inflarse en la gran explanada, un espectáculo maravilloso, aún en
la noche, iban tomando cuerpo,… colores, dibujos,… A ver el grupo 17… usted por
aquí, usted aquí,… cuatro aquí,.. No usted en este lado, Oiga, que mire, que aquí tengo a un compi de
ladodecesta que mide dos metros por 130 kilos de peso,.. Que no sé yo,… que no
sé ni cómo pude meterme en la cesta,… que ya empieza a amanecer,… ¡¡¡qué
bonito!!! Ah, sí, que tenemos órdenes estrictas de obedecer al capitán, vaya in
english, puf.
Mientras contemplaba aquel impresionante paisaje, aquel maravilloso
amanecer,… no pude evitar recordar,… si ahora necesitamos “soltar lastre”,… de
los 34 que vamos, ¿quién “se baja” el primero? Problemas, Owama no viene en
este globo, podría, pero, no. Papa Benedicto, me da que tampoco ha subido, no
lo veo. Pues oiga, mire, que talmente que yo soy como si fuera Miguel Bosé,
(bueno, yo y mi amiga, claro, Migueles Bosés a bordo). Gracias a Dios y al
capitán-comandante-piloto, el aterrizaje fue perfecto. Claro, perfecto, pero,…
“please, down, down”. Que nos tuvimos que agachar y agarrar a las cuerdas, y
esperar,… ¿esperar, qué? Aquel “hola-hello-hi” de los empleados de la compañía
globera sonó a música celestial. ¡Ay! ¿Pero que cómo salgo yo de aquí? Para
entrar en la cesta lo tuve mal, difícil, pero conseguí escalar y saltar al
interior, ¿pero cómo salir? Realmente,
no me acuerdo, intuyo que el compi de dos metros por 130 kilos me cogió en
brazos después de que yo consiguiera escalar, pero no saltar al exterior,…
anda, que si lo llego a “soltar de lastre”,…
Con el subidón de adrenalina a cuestas, brindé con champán de
manzana que no era sidra ni parecido, me saqué fotos con mis compis de vuelo y
con el equipo globero, recogí mi diploma de globonauta, y llegué al hotel a las
ocho de la mañana deseando desayunar y empezar mi día de excursión.
¿Qué aprendí? Pues no sé. Recorrí un paisaje único en el
mundo, contemplé un amanecer inolvidable, di gracias a mi Creador por todo
ello. Y sentí una vez más lo generosa que es la Naturaleza con ese ser débil,
insignificante y pequeño que para ella es el hombre. Aunque, claro, el hombre
sea a su vez el ser más engreído y pagado de sí mismo que pulula por la
Naturaleza creyendo que es el sheriff.