¿Qué se siente la segunda vez que te cierran el gimnasio?
Recuerdo la primera vez, un trauma, una desgracia, un
cataclismo, un desamparo, depresión, lágrimas,.. Me duró apenas dos semanas, lo
que tardé en encontrar otro lugar en el que sentirme aún mejor. Peeeeero, ¡me
lo han cerrado! El cierre inicial es por dos meses, así que el sentimiento no
puede ser el mismo que la primera vez, nada de traumas, ni desgracias,…
simplemente ¿a qué me dedico estos dos meses? Tras dos minutos de profunda reflexión,
he decidido salir a caminar, sí, lo más fácil y barato que he encontrado.
Hoy ha sido mi primer día, mi primera tarde de “andarina”.
Repaso en la puerta: ¿equipo deportivo? Completo, lo tengo desde siempre, no
necesito nada especial. ¿Gorra y gafas de sol? Lo tengo. ¿Radio para
distraerme? La tengo. Llaves, móvil, y cinco euros de “por si acaso”. Bajo a la
calle, un lado, otro, ¿por dónde voy? Por aquí...
A los diez minutos, uy, que parece que el calcetín,… no sé,… ¿Que
me están rozando las zapatillas? Vale, tranquilidad, solución de emergencias,…
un pañuelito de papel en cada pie,… vale, ya… Puf, menos mal que traigo
pañuelos.
A los diez minutos,… que
no, que estas zapatillas siguen rozando,… ¡Mira, Mercadona! ¡Menos mal
que traigo cinco euros para emergencias! Entro en Mercadona, busco,… ¿tiritas
sport? Estas tienen que ser buenas. La cara del cajero, un poema. No, poema no,
era prosa: “aquí la Mari, que no ha hecho deporte en su vida y se sale con las
zapatillas nuevas a andar y está que no llega” Y yo con cara de “no te creas,
que no son nuevas, que llevan muchos años conmigo, que es que ha sido una
emergencia. Bueno, vale, que sí, que no salgo nunca a andar ¿qué pasa?”
Pues pasa que no tuve bastante con una, que me tuve que poner
tres, que las tiritas sport son de mentirijillas, que no las compréis. Conseguí
andar casi una hora más, y decidí ya volverme para casa. Feliz porque mis
zapatillas no habían podido conmigo, satisfecha de mi ritmo andarín, ¡objetivo
conseguido!
Pues, no, mis zapatillas empezaron a romper las maravillosas
tiritas sport, las rozaduras pasaron a ser heridas, me quedaban diez minutos
para llegar a casa, lo voy a conseguir, estoy a punto,… ¿Qué pasa en mis pies
ahora? ¿Qué me está quemando? ¡Ampollas! Cinco minutos más y llego, ya casi, ya
veo el portal, ¿por qué he decidido salir hoy, si yo estaba viendo la tele? Ya
llego, ya casi estoy,.. ¿Y esa luz? ¡Lo conseguí! He conseguido llegar a casa
justo cuando estallaba la tormenta.
Resumen:
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Equipo
deportivo, 0€
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Equipo
protector solar, 0€
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Caja
de tiritas sport, 1,25€
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Cara
del cajero de Mercadona, para recordarla
-
Coste
podológico, cuatro heridas y dos ampollas
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Tiempo
de curación estimado, 3 días
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Estado
de las zapatillas, como si esto no fuera con ellas (¡criminales asesinas
encubiertas!)
Lección aprendida: ¿Para qué te metes a hacer cosas que tus
pies no quieren y tus zapatillas no acostumbran? ¡O cambias de pies o tiras las
zapatillas! Y a ver, ¿a quién se le ha ocurrido cerrar el gimnasio? Mañana me
voy al Ayuntamiento a que me indemnicen por daños y heridas… porque aquí la
Administración tenía que tener previstas las consecuencias de estos cierres
catastróficos, ¿o no?